Dice un dicho: madre no hay sino una. Pero no es una verdad absoluta. No cumple la función de refrán, que intenta ser universal y ajustarse a todas partes y a todas las situaciones. Madre puede ser más de una.
Familias con varias figuras femeninas encargadas de querer, cuidar y formar a los hijos, las hay por cantidades.
En la actualidad son ellas las que han ampliado su rol para convertirse en mujeres que tienen tiempo de divertirse, trabajar, hacer ejercicio, realizar quehaceres del hogar y cuidar a sus pequeños, formando parte del 96.7% de las mexicanas que combinan sus actividades extra domésticas con las labores del hogar.
Lo cierto es que no es lo mismo haber sido mamá en los años 50s, que serlo hoy en día. Atrás quedaron los tiempos en que se dedicaban exclusivamente a la casa o la crianza de los niños. Las familias eran grandes, por lo que mantener el orden absorbía casi todo el tiempo.
Para muchos no será mentirá que madre puede ser más que una, hay quienes crecen con dos: la mamá biológica y la abuela, esta es la persona que más interviene en la crianza de los menores, por lo menos en múltiples casas mexicanas. Primero sus propios hijos y después, los nietos. Y estos les dicen mamá o mamita a ambas, porque eso han sido para ellos.
Por otro lado, el número de familias constituidas por dos madres va en aumento y es que la función de la maternidad no tiene que ser complicada para ninguna mujer.
Para una sociedad como la nuestra, esto sigue siendo complicado de aceptar, pues, la cultura es un factor muy arraigado, pero se entiende el papel materno como la misión de brindar amor y suplir las necesidades afectivas y básicas de una persona y esto lo puede cumplir cualquiera que tenga capacidad de entregar amor incondicional.
Así que no importa la edad, ni la orientación sexual de las personas, sino la madurez para enfrentar cualquier situación como mamá.